Otra forma de escuchar tu cuerpo

Bienvenido a Osteopatía Upaya.
¡Hola! En respuesta a la demanda de varias de personas, me he decidido a abrir una ventana en internet. Así que aquí estoy. Tengo la intención de ofreceros una idea de las técnicas osteopáticas y del resto de los tratamientos que encontrarás en Osteopatía Upaya. También he intentado esclarecer el conocimiento sobre la osteopatía cráneo-sacral en general, las osteopatía cráneo-sacral pediátrica, el trabajo con las cadenas musculares, el trabajo en boca, etc.
La información puede parecer limitada pero esto no será un inconveniente, ya que si tienes dudas, puedes ponerte en contacto conmigo e intentaré aclararla. Esta web puede ser un magnífico lugar donde escucharnos y compartir asuntos que nos interesan.
Gracias por tu visita. Espero que te guste mi espacio y que sea de ayuda para ti.
Tratamientos

Sanación con sonidos

Sanación con sonidos
Para entender la sanación por sonido, en primer lugar, hay que comprender un principio básico: el concepto de resonancia simpática, que reside en la frecuencia vibratoria de un objeto. La resonancia simpática se produce cuando un objeto vibrante influye en otro, originando cambios en su índice vibratorio. Igual que puede romper un cristal, el sonido puede provocar cambios en nuestro organismo a través de ondas de forma.
Cada célula que compone nuestros órganos, huesos y tejidos tiene una frecuencia vibratoria. La enfermedad es palpable cuando nuestra frecuencia sana pasa a ser una frecuencia que vibra sin armonía. Los diapasones ayudan a armonizar, puesto que con ellos se puede proyectar la frecuencia resonante apropiada sobre cualquier parte insana, acto que le devuelve su frecuencia normal y una mejoría funcional.

Biomagnetismo

Biomagnetismo
El cuerpo humano puede sufrir modificaciones de su Nivel Energético Normal (NEN), en el que se llevan a cabo todas las funciones vitales del organismo sano. Utilizando adecuadamente los pares biomagnéticos (que presentan los polos norte y sur como cualquier imán común) podemos valorar las funciones orgánicas en general, de tal manera que, se pueden prevenir, detectar y corregir numerosas alteraciones. En el plano físico, el biomagnetismo, al corregir distorsiones del pH (que mide la acidez o alcalinidad), proporciona homeostasis o equilibrio. En el ámbito emocional, el uso de pares biomagnéticos favorece un cambio de ánimo en la mayoría de las personas, al liberar el estrés y procurar un mayor vigor energético.

Flores de Bach

Flores de Bach
Las flores de Bach son elixires basados en las tipologías de esencias florales creadas por el médico Edward Bach (1886-1936). Este doctor inglés, basándose en la hipótesis de que las enfermedades son consecuencia de trastornos o desequilibrios de la dimensión emocional-mental, inventó 38 preparados, vinculados a otros tantos estados emocionales, y desarrolló la terapéutica floral. Este sistema terapéutico se dirige al campo emocional, aunque actúa sobre el cuerpo físico debido a la estrecha relación existente entre cuerpo y mente. Así, el uso de las flores de Bach puede aliviar desequilibrios psicoemocionales y ayudar a prevenir enfermedades.
Estos preparados responden a una simplificación y acotación de un repertorio de remedios homeopáticos. En 1983, la Organización Mundial de la Salud publicó un estudio dirigido a las administraciones sanitarias de sus estados miembros que incluía las esencias florales de Bach. Cada una de estas elaboraciones puede aliarse como remedio armonizador y favorecedor del trabajo en la consulta. Hoy, esta técnica floral resurge con fuerza y se encuentra entre dos corrientes; una, que tiende a convertirla en parte de la medicina convencional y prescriptiva, y otra que intenta rescatar el mensaje del doctor Bach y su manera de gestionar la curación: combatir la enfermedad en sus causas y no en sus efectos.

Preguntas frecuentes sobre la osteopatía cráneo-sacral

Preguntas frecuentes sobre la osteopatía cráneo-sacral
¿Qué es y en qué consiste la osteopatía cráneo-sacral?
La osteopatía cráneo-sacral, también llamada técnica cranosacra (TCS) o sacrocraneal es un suave y profundo trabajo corporal que restablece el equilibrio somato-emocional y estimula los propios recursos de curación del organismo. Fue desarrollada en los años 70 por el doctor John E. Upledger, médico y osteópata, a partir de los principios de la osteopatía craneal descrita por el osteópata estadounidense William G. Sutherland a comienzos del siglo XX. Es una manipulación suave y profunda que ha demostrado ser eficaz para tratar una amplia gama de alteraciones vinculadas con el dolor y diversos cuadros clínicos. Mediante una leve presión con las manos y diversas manipulaciones de los huesos del cráneo, del cuello, de las vértebras, de la base de la columna y del tejido blando, el terapeuta consigue evaluar, liberar y equilibrar el organismo. La TCS ayuda a poner en marcha los procesos naturales de curación del cuerpo y puede combinarse con otros tratamientos complementarios.
Actuando sobre el ritmo respiratorio primario (ritmo de bombeo del líquido cefalorraquídeo), la TCS ayuda a liberar las restricciones y así liberar la energía que contrae los tejidos. De este modo se aumenta el nivel de energía y se reduce el estrés, lo cual favorece también la mejora del estado emocional.
¿Cuáles son los principios de la técnica cráneo-sacral?
El organismo humano, concebido de manera holística, tiene una gran capacidad de reorganizarse para recuperarse. Los procesos psicológicos mantienen una estrecha relación con la fisiología corporal, y viceversa. La enfermedad pone de manifiesto ciertas fricciones y descoordinación, que pueden ser de carácter físico o de orden más global, es decir, pertenecientes a los procesos psíquicos y emocionales.
Si las dinámicas del cuerpo o de la mente se desenvuelven de manera inarmónica aparecen síntomas de enfermedad. Aunque, a pesar del sufrimiento, el ser humano posee una gran capacidad de restablecimiento, supone una enorme ayuda un apoyo externo que facilite la conexión y la armonía entre las distintas partes. La TCS favorece la activación de los recursos necesarios que el propio cuerpo tiene para restablecerse.
¿Cuáles son los beneficios e indicaciones de la osteopatía cráneo-sacral?
La osteopatía cráneosacral, con solo un leve contacto, fortalece el sistema inmunológico, mejora la calidad de sueño y contribuye a la recuperación de energía, ayudando al equilibrio físico y mental. Puede aplicarse como tratamiento preventivo, tanto a niños como a adultos, y, por supuesto, para aliviar una amplia gama de disfunciones congénitas y trastornos entre los que se encuentran: las dificultades de la succión y respiración en bebes, el daño cerebral y las lesiones del sistema nervioso central y medular, los dolores de cabeza y migrañas, las tensiones originadas por fatiga y estrés, los dolores crónicos de cuello y espalda, la incoordinación motora, la escoliosis, las discopatías y la hernia de disco, el bruxismo, otitis repetitivas, etc.
La TCS también es beneficiosa en el tratamiento de los trastornos de aprendizaje, el estrés post-traumático y emocional, el autismo y trastornos de conducta. Al ser una manipulación tan suave y profunda, puede complementar en gran variedad de situaciones el tratamiento médico o psicológico. Cuando no existe una patología concreta, este trabajo integral sobre el cuerpo contribuye a disipar tensiones y bloqueos físicos, mentales y emocionales, ayudando a prevenir enfermedades futuras y a vivir la vida más plenamente.
¿Cómo funciona la TCS?
El sistema cráneo-sacral o craneosacro (SCS) está compuesto por las meninges y el líquido cerebro espinal que rodea y protege el encéfalo y la médula espinal. Incluye las estructuras óseas relacionadas donde se insertan las membranas meníngeas, el cráneo, la columna y el sacro, así como y los tejidos conjuntivos. Puesto que cerebro y médula espinal pertenecen al sistema nervioso central, el SCS tiene mucho que ver en las distintas funciones corporales y la función vital de mantener el medio en el que funciona el sistema nervioso central. También mantiene una estrecha relación con los sistemas inmunológico, musculoesquelético, vascular, endócrino, respiratorio y linfático.
Mediante la osteopatía cráneo-sacral el osteópata sigue las señales del SCS que le indican la manera de proceder.
¿Por qué no se conoce ampliamente la técnica cráneo-sacral?
El conocimiento del sistema cráneo-sacral es muy reciente. En 1900, a William G. Sutherland se le ocurrió pensar que los huesos del cráneo podrían ser susceptibles de movimientos entre ellos. Dedicó dos décadas a experimentar y analizar la movilidad del cráneo en personas adultas y organizó un pequeño grupo científico que investigó todo esto. La especialidad fue denominada osteopatía craneal.
Ya en 1970, mientras participaba en una cirugía de cuello, otro médico, el doctor Upledger observó cómo se movía rítmicamente un elemento membranoso de un paciente. Tras comentarlo con otros colegas y consultar los textos de medicina a su alcance, concluyó que lo que fluctuaba rítmicamente era la duramadre, cilindro hueco formado por una pared fibrosa y espesa, sólida. Poco después, este doctor unió su experiencia científica a su sensibilidad táctil. En 1975, se unió al Colegio de Osteopatía de la Universidad de Michigan y comenzó a investigar las primeras bases científicas del sistema cráneo-sacral al frente de un equipo multidisciplinar. Desde entonces, en todo el mundo, miles de profesionales de la salud han profundizado en su conocimiento sobre la importancia del sistema cráneosacral en el alivio del dolor y disfunciones y han estudiado la osteopatía cráneo-sacral.

El trabajo con las cadenas musculares

El trabajo con las cadenas musculares
Los músculos del cuerpo humano nunca se mueven solos; trabajan como parte de cadenas musculares. Es decir, son familias de músculos o grupos o a través de los cuales se propagan las fuerzas organizadoras del cuerpo. La función que ejercen depende de la buena relación articular y el equilibrio de las tensiones musculares. Hoy, siguiendo a Léopold Busquets, director durante años del Colleège Sutherlans de Paris, se entiende que la influencia de las cadenas musculares continúa en la caja craneana por circuitos anatómicos, integrando el cráneo en el funcionamiento de las cadenas.
Los músculos son elásticos y tienen la capacidad de contraerse cuando reciben un estímulo nervioso. Lo normal es que recuperen su posición original al cesar el estímulo. Sin embargo, con frecuencia los músculos están contraídos durante largo tiempo; permanecen duros, tensos y dolorosos, ocasionando una contractura. Si esta anomalía se vuelve crónica provoca rigidez, pérdida de movilidad en las articulaciones y, entre otros problemas, una mala circulación en la zona. En esos casos el músculo llega a perder su longitud original y queda retraído o acortado. Cuando se produce el acortamiento de una o varias cadenas musculares aparecen desalineamientos en la estructura corporal, que hacen que sea necesario un mayor gasto de energía. Si la cadena se estira en un solo extremo, se provoca un desalineamiento indeseado en otros de sus puntos para logran una compensación. Existe una estrecha interdependencia entre los músculos y la cadena miofascial que envuelve los músculos y los elementos conjuntivos fibrosos.
La cadena muscular que permitió a la especie humana erguirse es la cadena muscular posterior. La bipedestación obligó a los humanos a desplazar su eje de gravedad hacia delante, con el fin de obtener una mayor estabilidad. El hecho de caminar erguidos condicionó la activación del encadenamiento muscular posterior. La cadena posterior es el conjunto de músculos que transcurren desde la base del cráneo hasta la planta de los pies, continuando por la parte anterior de las piernas hasta debajo de las rodillas. Cualquier acción -alargamiento o acortamiento- conlleva el alargamiento o acortamiento de todo el sistema, bien sea por flexión o por rotación. La cadena posterior, al igual que las demás cadenas musculares, se comporta como si se tratara de un solo músculo. Cuanto más rígidos tengamos los músculos, mayor será el fenómeno de las compensaciones: fuertes tensiones y acortamientos que presentan los grupos musculares, debido a mecanismos derivados del bloqueo diafragmático. Los vicios posturales o, más frecuentemente, desequilibrios entre las diferentes cadenas musculares (exceso de tensión) pueden llegar a originar la fijación de una actitud postural determinada y, por tanto, diferentes tipologías personales.

Osteopatía cráneo-sacral pediátrica

Osteopatía cráneo-sacral pediátrica
La etapa que va desde el nacimiento hasta la pubertad es la que más influye en el estado de cualquier persona y en la que más desequilibrios se producen en el sistema cráneo-sacral. Al evitar en lo posible el uso de medicamentos y tratamientos invasivos como la cirugía, la osteopatía se indica especialmente para bebés y niños. Las técnicas osteopáticas previenen futuras descompensaciones y contribuyen a que tengan un buen crecimiento y desarrollo.
Los huesos del cráneo están en consolidación y crecimiento durante la primera infancia. Hasta que las suturas no se cierran y son flexibles, el ser humano tiene unos grandes mecanismos de adaptación y corrección que las técnicas de la osteopatía -que no son agresivas ni dolorosas- pueden potenciar. La osteopatía cráneo-sacral pediátrica es beneficiosa, por ejemplo, en caso de alteraciones traumáticas óseas, problemas del paladar asociados al labio leporino, deformación craneal, maloclusión dental, problemas visuales, sinusitis, anginas, otitis, dolor de cabeza, etc, etc. También constituye una importante ayuda para bebés y niños que hayan nacido con ayuda de medios mecánicos.
El tratamiento precoz en bebés y niños puede evitar o atenuar problemas en el sistema nervioso central que podrían conllevar retrasos en el desarrollo y otras alteraciones.
La osteopatía cráneo-sacral es muy suave en sus manipulaciones y, por tanto, resulta apropiada para el tratamiento del ser humano desde su nacimiento. Si se hace uso de ella a una edad temprana, se pueden llegar a evitar problemas del sistema nervioso central que posiblemente se manifestarían como enfermedades o dificultades, por ejemplo problemas de aprendizaje, retraso en el desarrollo, crisis de epilepsia, déficits sensitivos, asma…
La osteopatía cráneosacral aplicada a recién nacidos requiere que como terapeutas desarrollemos al máximo toda nuestra capacidad de percepción, puesto que los mensajes que emiten los recién nacidos son sutiles. El terapeuta, de algún modo, ha de fusionarse con el bebé para iniciar el proceso. El trabajo cráneosacral y el enfoque meníngeo van dirigidos, sobre todo, a armonizar el sistema meníngeo y nervioso tras las secuelas producidas en algunos procesos intrauterinos y durante el parto, sobre todo si es asistido con instrumentos especiales.
Método de las cadenas musculares para bebés y niños
El tratamiento precoz en los niños puede evitar o atenuar problemas relacionados con el sistema nervioso central, que podrían conllevar alteraciones en el desarrollo de:
- la motricidad refleja
- la motricidad fina
- la motricidad voluntaria
- el control del tono postural
- las funciones vitales (cardiaca respiratoria…)
- los estados de vigilia-sueño
Conocer al bebé, observar sus características anatómicas, fisiológicas y de comportamiento, es lo que me permite ajustar el tratamiento más adecuada para cada caso.